Masones
Artículo de Francisco Montoro
Artículo de Francisco Montoro
Artículo de Francisco Montoro
Artículo de Francisco Montoro
Artículo de Francisco Montoro
Columna de Francisco Montoro
Artículo de Francisco Montoro
Columna de Francisco Montoro
Artículo de Francisco Montoro
Columna de Francisco Montoro
Columna de Francisco Montoro
Columna de Francisco Montoro
Columna de Francisco Montoro
Columna de Francisco Montoro
Columna de Francisco Montoro
Columna de Francisco Montoro
Mi amigo Bauti, el popular pedagogo axárquico López Blanco, reflexivo compañero con el que hemos compartido muchísimas horas de profesión, de esfuerzos y de entusiasmos, me enviaba hace unos días un texto de firma desconocida (¿Lo habrá escrito él?). Texto que él comparte en plenitud, y que, a sabiendas de que yo también, me invitaba a su difusión. La identificación con el mismo es manifiesta por parte de los que hemos dedicado nuestra vida profesional a la docencia, y que ingresamos en la enseñanza como “profesores de EGB”. Especialmente aquellos que ahora nos hallamos en el periodo llamado de la jubilación. Porque nos fuimos, o nos estamos yendo de la escuela; porque el tiempo avanza imparable y cruel, mudando a la sociedad y a nosotros. El texto dice así: