Que me dejen de pamplinas, aunque muchos se empeñen en decir lo contrario, ya que de un modo u otro la crisis siempre ha estado presente y latente en nuestro país con gobiernos socialistas, y no hay manera de librarnos de ella, y aunque a veces nos ha dado una ligera tregua, considero que ya forma parte de nuestras vidas. A lo que he comentando podemos sumarle que el mundo gira cada vez más aprisa, nuestra existencia se convierte en un constante stress, y para rematar la faena, a todo esto que decimos, le tenemos que añadir todos esos problemas que sin ser de carácter económico, nos agobian y también nos preocupan y nos quitan el sueño queramos o no queramos. Afortunadamente la vida está para buscarle perspectivas y sacarle el chiste que lleva dentro, por eso será que nuestra tierra española, que tan sabia es a veces, sabe vivir como nadie al amparo del «que nos quiten lo bailao» y se viste de lo que corresponde en cada estación del año. España, en cada una de sus regiones, abre la veda para cada una de sus fiestas en el rincón y en la época que sea, y las celebraciones van saltando de un pueblo a otro y de provincia en provincia iluminando las calles y avenidas por las que pasearán sus gentes para divertirse y evadirse de todo lo que nos intoxica a diario aunque sólo sea por unas horas o por unos días. Por esto mismo que comentamos, salen hasta de debajo de las piedras personas diciendo que aquí en España vivimos únicamente “pendientes de la guitarra y la pandereta” sin prestar atención a la verdadera realidad que nos rodea. A esas personas quisiera decirles que efectivamente están en lo cierto, ya que las ferias y las fiestas no son milagrosas, y además somos conscientes de la realidad social y política de la que estamos más que hartos. La crisis seguirá existiendo y los problemas no se solucionarán, pero eso sí, en nuestra mano está hacer más llevaderos los sinsabores de nuestro día a día, o yendo un poco más allá, aparcarlos durante los días de disfrute y asueto. Y es que hay refranes que parecen estar hechos a la medida de España, y lo demuestra ese dicho que dice : «A grandes males, grandes remedios».