Me regalaron un cuento para que lo leyera la niña que llevo dentro. Un cuento azul, azul intenso, como ese cielo limpio, sin nubes, que atardece buscando la quietud de la noche. Un cielo mágico de niños en donde vuela a la deriva una cometa con la cara quieta. Con sus chispeantes ojillos azules, su nariz verde y su boca roja de media luna, luciendo su cola larga de lazos de colores, parece que...