Opinión

Miguel Segura

Un cuento que nunca acaba

Sabido es de las promesas que hacen aquellos que se aventuran en los laberintos del poder (o viven instalados en éste) y que rara vez pueden ser cumplidas.

María Hidalgo

Todóloga certificada

He decidido hacer un máster en todología. Creo que tiene muchas salidas y, aunque hay una competencia feroz, un todólogo puede ejercer en casi todos los ámbitos de la sociedad y en cualquier entorno de la vida. 

Jesús Aranda

Sexalescentes

Cuando era un mozalbete y empezaba a hacer mis primeros pinitos laborales como disc-jockey en un gran hotel de la Costa del Sol, recuerdo cómo llegaban todos los veranos cientos de turistas que tenían la edad de mi abuela, pero que aparentaban otra cosa, lejos de la vida monótona y gris, del luto impenitente, del retiro vital, pensando más en esperar a la parca que en seguir disfrutando de la vida, sin ese control de la estructura familiar y social que el Estado y la Iglesia católica imponían a la sociedad española de entonces.

José Marcelo

Cartas que se las lleva el viento

Francisco Gálvez, director de Noticias 24, avezado periodista y estudioso de la historia de la Axarquía con numerosos libros publicados, nos sorprende con una nueva obra: Los Velámenes del Vieux Port, don­de elige una temática social y humana.

Francisco Montoro

Viajar

Los tiempos modernos han supuesto para el hombre muchas novedades. Una de ellas, la facilidad para viajar. Un viaje, sabemos, es más, mucho más, que ir de un lugar a otro, un desplazamiento, unas vacaciones…

Emilia García

Como agua para chocolate

Eso de la comida rápida, no lo entiendo. No me extraña que tenga sus seguidores, porque el mundo parece ir a paso de desfile rápido, con un reloj en la mano y contando los segundos que invierte en cada uno de sus movimientos. Vaya a ser que llegue tarde a no se sabe dónde.

José R. Cortés

La niña lectora

Texto: Manuel Rivas
Ilustración: Susana Suniaga
Editorial Alianza
ISBN: 978-84-1148-076-5
15,95 €, (+ 7 años)
Tapa dura, 2022.

Miguel Segura

Alegrías

Está lloviendo (sigue siendo agua imaginada, a pesar de lo llovido). Pongo un vinilo sobre el tocadiscos y me arrebujo en el sofá, los ojos cerrados.

María Hidalgo

¿Qué celebramos hoy?

El pasado 20 de marzo se ha celebrado el Día Internacional de la Felicidad. Oír esta conmemoración en la radio, me provocó una sonrisa; sí, me pareció una nota agradable para empezar el día, pero, a la vez, me asaltaron un montón de dudas. 

Jesús Aranda

Silencio

“Todos los hombres sois iguales”, “Siempre pasa lo mismo”, “Nunca estás contento”, “Jamás haré tal cosa”… Estas y otras frases parecidas las escuchamos con demasiada frecuencia.

José Marcelo

Actitud ante la violencia

Presenciamos, diariamente, en los medios informativos malas noticias: corrupción por intereses económicos; injusticias sociales; guerras fratricidas que se eternizan por un poder egocéntrico, seres humanos que perecen porque quieren cruzar una frontera para alcanzar una vida mejor; toda clase de violencia, y penosamente, la de género que no se vence.

Francisco Montoro

Calle Canalejas

Después de las obras que han remodelado el centro histórico de la ciudad -desde el Camino de Málaga hasta el Parque de Andalucía- se observa una clara ebullición a lo largo de la Plaza de las Carmelitas y calle Canalejas, que nos tiene muy animados y contentos a los del lugar.

Margarita García-Galán

El canto más triste

Se cumplen ahora vein­te años del 11M, aquel horror sangriento que nos despertó una mañana con sonidos e imágenes escalo­frian­tes del atentado te­rrorista que costó la vida a ciento noventa y dos personas.

Emilia García

La vida color de rosa

La vida nos depara momentos para todo. Hasta en esos instantes que consideramos vacíos y que transcurren en pura monotonía, cuando menos te lo esperas, salta la liebre y ¡zas! te topas con algo que no esperabas.

Jesús Aranda

El patio de mi casa

Recuerdo muy bien cuando era pe­queño y, en mi casa y en el colegio, mis padres y mis maestros se afanaban en transmitirnos a los niños de mi época la importancia de no tirar papeles al suelo, de no maltratar las fachadas de los edificios, de respetar el mobiliario urbano, de no hacer, en definitiva, cosas que molestasen a los demás o que socavaran el patrimonio de todos: desde los bancos de los parques hasta los senderos que caminábamos, en una época donde la jungla del asfalto todavía no se había adueñado de nuestras vidas y los barrios de las ciudades tenían el campo más cerca.