La cuesta de enero
Recién comenzado el nuevo año y terminadas las vacaciones de Navidad y Reyes, estamos intentando subir la famosa cuesta de enero, más conocida pero tan empinada como la de septiembre.
Recién comenzado el nuevo año y terminadas las vacaciones de Navidad y Reyes, estamos intentando subir la famosa cuesta de enero, más conocida pero tan empinada como la de septiembre.
Preguntarse qué es la vida implica la función de definirla. Pero más importante es aprender a cómo mirar la vida que encontrar una definición.
Con 83 años de edad, y una vida plena de frutos, se nos ha ido recientemente un querido amigo y compañero de profesión, e investigaciones históricas, el profesor Miguel Ranea Fernández.
En esta mañana soleada y luminosa que, a puertas del invierno, y a semejanza del protagonista de La montaña mágica, me hace perder la noción del tiempo y preguntarme si las estaciones están jugando entre ellas a confundirnos.
Su voz es como una brisa que se mece sobre el prado alejando las nubes grises, induciendo a las altas copas a inclinarse admiradas a su paso, tal vez augurando un trágico destino.
El científico italiano Galileo Galilei (1564-1642), considerado el padre de la ciencia moderna, fue condenado por la Inquisición en 1633 por defender la teoría del heliocentrismo, un modelo astronómico en el que la Tierra y los planetas giran alrededor del Sol y no de la Tierra, como defendía la iglesia católica.
A lo largo de nuestra historia los seres humanos hemos procurado dar una explicación al universo y encontrar un sentido a la vida.
Es posible que una de las cosas que más nos interesan y nos afectan a los seres humanos sea la vivienda, el lugar donde intensamente desenvolvemos nuestra vida. Se trata del espacio vital donde crecemos, soñamos, descansamos, comemos, amamos, y nos realizamos en los diferentes aspectos vitales.
Vuelvo a asomarme a esta ventanita de papel donde la palabra escrita vuela libre aireando noticias, emociones o pareceres de lo cotidiano, y nos acerca a la mirada crítica, casi siempre amable, del lector.
¡Ay!, ese elemento tan escurridizo, inquilino de nubes, capaz de mutar en niebla o hielo, ese milagro químico que sorprende las madrugadas con su huella fresca, ese repiqueteo que llama a los cristales, que resuena y brilla a nuestro alrededor y hace que nos asomemos con una sonrisa a las ventanas o que salgamos a la calle como colegiales, jugando a mojarnos y no mojarnos, a pisar charcos, a meternos en el café si es que arrecia, esa alegría es el agua. Pura vida. Vivimos en el planeta del agua, aunque se llame Tierra
Suena en nuestra cocina una banda interpretando jazz, que contiene esa sustancia que algunos llaman swing. Cuando te quieres dar cuenta, la mano del mortero está haciendo el majado con ese ritmo. Forma parte de la alquimia con que las manos están elaborando el guiso sobre el fuego.
Texto: Antoine Dole
Ilustración: Bruno Salamone
Editorial Algar
ISBN: 9788491426240
235 x 300 mm, 32 páginas
Tapa dura, 16,95 €
(+ 4 años) 2023.
Estoy llegando a un punto en que me cansa, me satura, me descorazona, tener que discutir con alguien sobre asuntos que deberían estar claros y que no necesitan la menor argumentación, independientemente de que por motivos ideológicos, religiosos, económicos o de cualquier otra índole, no nos guste lo que, de entrada, parece evidente.