Hablemos de libertad y responsabilidad
Para hablar de la libertad y sobre la responsabilidad es necesario analizar cómo actúan en la sociedad y reflexionar sobre ello.
Victoria Camps, catedrática de filosofía moral y política, argumenta que la libertad es el valor más compartido desde todos los puntos de vista: ético, político y social. Pero en nuestra sociedad actual es el individualismo y el interés económico particular lo que prevalecen por encima del bienestar de la comunidad. La concepción que tenemos sobre la libertad es la idea de que ser libre es tener menos limitaciones, no admitiendo intervenciones externas ni autolimitaciones. La entendemos como valor absoluto, por lo tanto, incompatible con normas. Eso no es ser liberal, sino libertario. El libertarismo se ha impuesto.
El filósofo y escritor francés Jean-Paul Sartre nos dice que “la libertad no consiste en hacer lo que uno quiere, sino en querer lo que uno hace”. Es en ‘el querer’, por lo tanto implica acción de la voluntad; razón para autoimponerse una actitud, y no el gusto por una acción no elegida. Ello nos invita a plantearnos y responder a la pregunta qué quiero hacer con mi libertad, cómo voy a usarla.
Si analizamos nuestra participación en política, llegamos a la conclusión que es muy limitada: tenemos la obligación de pagar impuestos porque lo exige la ley; y es una responsabilidad que se asume porque es jurídica. En cambio no estamos obligados a votar, y ejercer el voto es una acción voluntaria, porque no hay ley ni norma que lo exija. Por lo tanto no es una responsabilidad jurídica, sino es una responsabilidad moral o deber democrático.
Responsabilidad significa disposición a responder con nuestras acciones; y, si hemos fallado, estar obligados a dar la cara y explicarnos. La inhibición de responsabilidades ciudadanas con respecto a la colectividad es vista como un hecho lamentable para la salud de la democracia. Esto hace pensar lo importante que es nuestra actitud ante la sociedad, y la importancia que ejerce la ética para mantener los valores humanos.
Si queremos mejorar la sociedad hay que combatir el libertarismo como exceso de individualismo, y actuar con responsabilidad pensando en la comunidad y en el bien común.
El filósofo alemán Hans Jonás expresa en su ensayo El principio de responsabilidad que el sentido de responsabilidad se nutre de miedo y esperanza. No miedo a la pena o a la cárcel, sino miedo a la adversidad y a las catástrofes, pero un miedo que aconseja la acción en lugar de inhibirla, porque entiende que es posible actuar de otra manera para bien de todos. La esperanza sólo florece si tenemos fe en nosotros mismos y confiamos en nuestras capacidades. Sólo la conciencia del deber cumplido permite abrigar esperanza por el futuro.
Estos argumentos nos invitan a actuar e intervenir con nuestras manifestaciones en los asuntos económicos, sociales, culturales y políticos. No sólo delegar la responsabilidad a nuestros representantes políticos, a quienes debemos cuestionar su labor política, pero no culparles de nuestras inhibiciones.