Calles en verso

Por la ventana de mi habitación se colaba la luz tenue de un sol que se iba muriendo lentamente tras los cristales. Me distraía el color cambiante del cielo, el adiós alargado de la tarde, que oscurecía, poco a poco, mi tiempo de lectura. 

Un santo para dos pueblos

Quizá sea uno de los re­cuerdos más antiguos que conservo, que solía in­mor­talizar el fotógrafo de esos momentos festivos.

Imagina

Columna de Margarita García-Galán

Mala mar

Columna de Margarita García-Galán

Sin perdón

Columna de Margarita García-Galán