Directas desde Ferraz

Deben venir directas desde Ferraz estas legiones de chinches que nos están martirizando, y se extienden como la peor plaga. En un período corto de tiempo tenemos a miles de insectos molestos campando a sus anchas por muchos de nuestros pueblos y ciudades : hinchados, con el abdomen abombado tras cada banquete de sangre y marchando sin pudor por las costuras de nuestras calles y campos. Ya no son furtivas sombras que uno ignora hasta que pican y te duele... no, no. Son maquinaria biológica de primer nivel y difícil de erradicar, ya que pueden sobrevivir meses sin alimentarse y “resisten a los insecticidas más comunes”. Con sus cinco pares de ojos, son maestras del disfraz y la supervivencia, pero casi podría decirse que se anuncian con su desfile y rechinar para aplauso generalizado y arenga social. Su presencia descarada nos hace preguntarnos si habrán salido tras los pasos de la UCO o si habrán escapado de algún cajón que dejarían abierto en el desvalijo de la sede nacional del PSOE. Quizá ya estaban por nuestras calles y municipios hace algunas décadas acumulando dosis del efecto llamado bochorno nacional. Y ahora, en pleno escándalo sin dimisión alguna (qué ironía) la militancia socialista de todas las agrupaciones locales de los municipios de España, sigue mintiendo, sigue defendiendo lo indefendible, continúa siendo cómplice del latrocinio... Esa militancia socialista apenas discrepa, no hay crítica ni exigencia de explicaciones, es estúpidamente vulnerable y se comporta como marionetas. En este PSOE nadie se atreve a ejercer de fumigador en pleno terremoto. Entre chinches, chinchadores, chinchones y chinchines, hay quien dice que “ni el más astuto parásito encuentra la rendija de la salvación”La única solución es la fumigación poniendo las urnas. Los parásitos acróbatas siempre vuelven, da igual dónde esté el huésped. Sin embargo, también hay una mayoría que quiere limpiar y dejar de rascarse las heridas. La plaga socialista más perniciosa son sus corrosivas Ejecutivas en todos los niveles (local, comarcal, provincial...), sus “fontaneros” y sus “maquiavelos”. Sinceramente pienso que el PSOE no tiene líderes capaces de borrar la corrupción, los debates parlamentarios de taberna, los insultos, los desprecios lanzados como dardos de feria, las bromas soeces... Los cargos socialistas han convertido los hemiciclos “en chatarrerías o en teatrillos de medio pelo” olvidando lo esencial y dejando la gestión pública en algo infecto, acomodada en un colchón que no pasa prueba de salubridad alguna.