La guerra, una estupidez
Cuando vemos la guerra como una acción violenta y destructiva, pensamos en los que la están padeciendo directamente, y procuramos sentir empatía por la gravedad de la situación.
Cuando vemos la guerra como una acción violenta y destructiva, pensamos en los que la están padeciendo directamente, y procuramos sentir empatía por la gravedad de la situación.
El crecimiento económico necesita de energía y materias primas, y estas son finitas. Cuando se agoten, si es que lo hacen, el sistema entra en crisis. Pero, cada vez que ha habido amenaza de escasez, las inversiones a las investigaciones científicas y tecnológicas han favorecido la explotación de los recursos existentes; descubriendo nuevas energías y materiales.
La visión imperial global del mundo puede ser inminente. A medida que el siglo XXI va avanzando, el nacionalismo pierde terreno.
El homo ‘sapiens’ mira al cielo y contempla las estrellas ante la necesidad de encontrar repuestas de su origen, de su evolución, y cómo será su futuro. Y se pregunta qué hay después de la vida.
Dedicado a la mujer
Las diferencias biológicas del hombre y de la mujer, macho y hembra, no determinan el poder del hombre sobre la mujer. Ha sido la jerarquía de género: la división de hombres y mujeres en el desempeño de diferentes funciones la que ha ejercido el poder; manteniendo sociedades patriarcales. Por lo tanto, el género es una cuestión social, cultural y religiosa.
Cuando pretendemos conocer la historia humana, desde una visión sociopolítica y económica, nos encontramos con creencias mitológicas y religiosas que justifican la jerarquía social como un orden establecido por los dioses.
La palabra felicidad se ha usado hasta la saciedad, pero hay muy pocos estudios serios sobre ella.
Pensar en la existencia de la humanidad y su evolución, desde los ‘Neandertales’ hasta el ‘Homo sapiens’ actual, me hace sentir que vivo un sueño.
Llega el agua de lluvia que esperamos, la vemos caer de los tejados y correr lentamente sobre las calles, regando los jardines y los árboles de la ciudad. También penetra en la tierra, cayendo sobre los campos y los huertos sembrados... Salen caudalosos los ríos, y entonces nuestra expresión es: ¡Bendita lluvia! Que como expresa el poeta: “Bello y bendecido es ese acto de amor: el cielo y la tierra se dan besos de agua”.
Cuando muere un árbol por abandono, por la contaminación, porque han edificado en su hábitat y lo han derribado; o lo veo arder en el bosque, yo siento orfandad, porque es algo íntimo que se me ha muerto. Como expresa el filósofo alemán Friedrich Nietzsche: “Un árbol es nuestro contacto más íntimo con la naturaleza”.
Mirarse en el espejo de Afrodita o de Adonis es hablar del culto a la belleza, y de la exigencia para alcanzarla. De un patrón estético que es impuesto por una sociedad a la que le importan más las apariencias y sus intereses económicos que la persona y su ‘ser’.