Presten atención a esta frase : “decir lo que hay que hacer pero no hacerlo”. Felipe González ha tenido mucho tiempo de explicar sus indultos a los golpistas del 23-F, su “pachanga” e irrisoria formación de los GAL como el señor X (algo que era bueno para acabar con los asesinos etarras lo convirtió en una “feria con altramuces y muñecas chochonas”), y su época del pelotazo y la corrupción. El PP de Aznar debe aún dar explicaciones a España sobre la burbuja inmobiliaria y la especulación financiera, pero el PSOE de Felipe fue más oculto y más corrupto : los indultos a Barrionuevo y Rafael Vera medio año después de su ingreso en la cárcel, que fueron condenados a 10 años de prisión por el secuestro de Segundo Marey por el GAL, y con el añadido de que ninguno de los indultados mostraron como condición arrepentimiento alguno, y además, han hecho alarde de las causas de sus condenas de forma tan indigna como impune. Luego están los sonrojantes ejemplos de una larga lista de corruptos indultados por culpa de PSOE y PP por intereses políticos y económicos. Acabo esta columna haciendo referencia a la inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía y a la inconstitucionalidad de los indultos a los líderes catalanistas independentistas, ya que la decisión de indultar a esos mequetrefes insulta a los criterios políticos de una democracia. En España supuestamente vivimos en democracia, pero tengo la sensación de que “esta democracia” cada vez se va degradando más y más a causa de las pésimas decisiones, iniciativas, legislaciones de poca monta y políticas de medio pelo que se discuten en los Parlamentos autonómicos y en el Congreso de los Diputados, y en gran medida, un grado muy alto de culpabilidad lo tienen los nacionalistas e independentistas, que no conocen ni entienden el concepto “democracia”... Y luego está el PSOE de Sánchez, que lo consiente todo y se ríe de la democracia.