El timo del amor
Hablar de timos en un país donde la picaresca llegó a la cumbre como género literario y donde quien más quien menos tiene conocimiento de ciertos personajes que elevan el sablazo a arte de esgrima, dejándote, si te descuidas, la cuenta corriente en las puertas de urgencias, podría parecer una paradoja si no fuera por la frecuencia con la que últimamente saltan las alarmas ante este tipo de delitos.