lunes, 29 de abril de 2024 00:01h.

Miguel Ranea

Con 83 años de edad, y una vida plena de frutos, se nos ha ido recientemente un querido amigo y compañero de profesión, e investigaciones históricas, el profesor Miguel Ranea Fernández.

Su larga enfermedad, que le ha tenido disminuido de facultades en los últimos años, ha hecho muy triste su adiós, ante familia, amigos, y antiguos alumnos.

Su dedicación a la enseñanza le convirtió en muy popular en la ciudad, al regentar durante muchos años la histórica academia que fue de don Manuel Valle, que él continuó con gran acierto y constancia, dando formación y ayuda a miles de veleños que encontraron en él el apoyo necesario para fructificar en sus estudios. Sus clases suponían una garantía de buenos resultados, y su dedicación y eficacia le ganó el respeto y admiración de todos.

Su pasión por la investigación histórica ha hecho que, durante toda su vida, haya dedicado infinitas horas a la localización de fuentes, piezas arqueológicas, grabados y libros, de las que fue un excelente experto y destacado coleccionista.

Su tiempo libre, cuando lo tenía, lo dedicaba, con exhaustividad, a paseos investigadores, excavaciones, visitas a archivos y transcripciones de documentos. Un au­­téntico investigador histórico del entorno, con constancia, olfato científico y aciertos determinantes.

A comienzos del siglo XXI, cuando integrábamos ambos el grupo de trabajo ‘Investigación Histórica del Entorno’, del Centro de Profesorado de la Axarquía (CEP), ante la proximidad del trescientos aniversario de la Batalla Naval de Vélez-Málaga -a la que ambos habíamos dedicado muchas horas de búsqueda de información los años anteriores- optamos por unir fuerzas, aunar noticias y documentación y llevar a cabo el luego conocido libro sobre dicha batalla naval, que vio finalmente la luz en el año 2010, como nº 3 de la colección de Libros de la Axarquía.

La elaboración de dicho libro nos dio mayores motivos y ocasión para contrastar y complementar nuestra afición y dedicación investigadora, multiplicándome grandemente mi admiración hacia el querido amigo. 
Miguel Ranea fue galardonado por el Ayuntamiento de Vélez-Málaga como Escudo de Oro de la ciudad, en gala solemne que se llevó a cabo en el Teatro del Carmen. El hecho  llenó de orgullo a su familia, amigos, compañeros y antiguos alumnos.
Entre sus logros y tesoros personales destacaba siempre el de su familia. Recuerdo con emoción cuando se refería a su querida esposa Elvira, a la que destacaba numerosos elogios y valores, en especial el de su entrega a los demás en una activa vida parroquial y catequética. Ambos fueron artífices de dos queridísimos hijos, uno de ellos profesor, que continúa su estela de la docencia en matemáticas, y una chica, médico de profesión, que siempre vio a su padre como un gran referente de la ciencia.
Los últimos años de su vida los ha pasado transcribiendo documentos antiguos, especialmente actas capitulares, actividad en la que logró una gran habilidad, y que espero que su ciudad natal, y los historiadores de nuevas generaciones, le agradezcan y reconozcan.
El martes 12 de septiembre emprendió su viaje final. Adiós, querido amigo y compañero. Cada día que pasa se nos hace más presente tu ausencia.