Bisagra de los Gobiernos

La Ley Electoral española presupone que los diputados acuden al Congreso en representación de sus electores para defender su concepción del bien común, no sus intereses particulares o territoriales.

El Parlamento no debería ser, en ningún caso, un congreso de embajadores que defienden intereses distintos y hostiles, sin embargo, esa actitud desleal es la que han mantenido, tanto los nacionalistas vascos como los catalanes, desde los inicios de la Transición. Además, la posibilidad de convertirse con sus escasos representantes en la “bisagra” que puede otorgar el Gobierno a unos u otros, les ha permitido gozar de un extraordinario poder. De hecho, muy al contrario del victimismo que exhiben de cara a sus respectivas parroquias, han sido los grupos que más han contribuido a configurar el actual panorama político a todos los niveles. Efectivamente, las exigencias de los nacionalistas siempre se han acabado aceptando, lo cual les ha permitido, entre otras cosas, “señorear sus respectivos territorios”, donde han impuesto su visión particular de la historia y del mundo, llegando a excluir a los que no la comparten, y sin ningún tipo de consecuencia. De esta forma, en el caso de los nacionalistas del País Vasco y Navarra, a través de sus derechos forales combinados con la contabilidad más creativa y oscura que les permite la existencia de cinco agencias tributarias diferenciadas, han conseguido, no sólo gozar del doble de financiación del resto de Autonomías, sino de recibir importantes y crecientes sumas de dinero de las demás Comunidades, es decir, una redistribución a la inversa, las más pobres pagan a las más ricas. Por supuesto, esa abundancia extra se destina, en buena medida, a tejer tupidas redes clientelares al objeto de mantener el poder, ya que para las élites de ambas Comunidades es una situación claramente preferible a la de la independencia pura y dura. Los nacionalistas catalanes, tras el estrepitoso fracaso de su “procés”, pretenden aprovechar la desmesurada ambición de Pedro Sánchez para obtener privilegios similares a los de sus correligionarios vascos, y para ello cuentan con esenciales y muy disciplinados diputados nacionales : la ocasión, desde su perspectiva, es inmejorable, tienen dos años por delante.