jueves, 23 de marzo de 2023 00:08h.
Margarita García-Galán
Margarita García-Galán
Opinión

Entre vencejos

Repaso la actualidad de es­te lunes de febrero ha­­­­­ciendo un alto en la lec­tura de un nuevo libro que me está encantando. Hoy, día 20, es uno de esos tres días al año en los que se rinde homenaje al gato, ese felino de tacto sedoso, elegante, sigiloso y nada servil, que durante muchos años ha sido un fiel compañero de vida, entrañable, cariñoso...

Opinión

Alma de blues

Si te sientes sola y no estás bien, no te preocupes, es la hora del blues... Lo dice, cantando en el papel, Jesús Aranda, en su libro Pa­la­bras Hechas, una re­co­pilación de canciones y poemas que sale al aire al amparo de la hermosa colección Poemarios, de Libros de la Axarquía

Opinión

Mi pluma azul

Escribo con ella pre­ci­sa­mente hoy, que se celebra el Día de la Escritura a Mano, un día que pretende con­cien­ciarnos de lo im­­portante que es, en este tiempo de tecnologías tan avanzadas, no perder el hermoso hábito de escribir a mano, con lápiz, con bolígrafo, con pluma.

Opinión

Ángeles fugaces

Alrededor de una mesa sencilla, con el mantel la­gar­terano que vestía las ocasiones especiales, junto a la chimenea donde cre­pi­taban las piñas, un Belén, decorado con musgo fresco por entusiastas manos in­fantiles, presidía la cena. 

Opinión

Escudos de oro

Con la animación de las ocasiones especiales, el Teatro del Carmen abrió sus puertas para vivir, un año más, la entrega de los Escudos de Oro a personas o colectivos sociales que, de alguna manera, engran­decen con su trabajo la ciudad de Vélez-Málaga. 

Opinión

La música de los recuerdos

Cruzaba el puente y miraba al río; llevaba un escaso caudal de agua que dis­curría serena bajo mis pies. No era ese río transparente que yo guardaba en mis recuerdos de infancia, no cantaba el agua saltando alegre entre las piedras blancas que brillaban al sol. 

Opinión

El balcón del Tiétar

Vi las impactantes imá­ge­nes de esos incendios que ya son tristemente un clá­si­co del verano. Las llamas de­voraban la sierra arra­san­do pinares in­­­­­ter­­­­­minables que verdean y hermosean paisajes que me son fa­mi­liares, mientras los ve­­­­cinos, horrorizados, miraban con impotencia cómo el fuego se les acercaba.