Opinión
Cielos de luces y sombras
Pensando en lo rápidamente que ha pasado un año, al atardecer de un día de diciembre recorro las calles del centro de Málaga engalanadas con buen gusto para vivir la Navidad. Luces, abetos, pascueros, muérdagos y una musiquilla en alguna esquina que nos invita a cantar los típicos villancicos. “Pero mira cómo beben los peces en el río...”, canta con voz cansada la señora que pide limosna sentada en el suelo, junto al vendedor de esas almendras que son “las mejores de Málaga”. Músicos anónimos con guitarras y violines interpretan conocidas canciones, que se suman a ese ambiente navideño que se pasea entre alegrías y tristezas. “El espíritu de la Navidad” no puede borrar los contrastes.