Hay sombras que nos cobijan. También está la sombra que camina siempre junto a nosotros, para recordarnos a la otra sombra que se ocultó en el interior de nuestro ser. 

Durante algún tiempo frecuenté su encanto, la placidez de un lugar emblemático de  la ciudad luminosa que vio crecer mis trenzas en esos primeros años donde todo está por llegar, donde el vértigo te envuelve, donde soñar es lo importante, lo primero. Lo único. 

Noviembre de 1943. Un convoy de deportados con destino a Polonia se detiene de repente. A bordo va Olya, una joven judía, pero también Wilhelm, un policía alemán y enamorado de Olya desde la niñez. No muy lejos de allí, un resistente belga se oculta en las sombras…