Crece en el planeta la ignominia con infames augurios de oscuridad, como enredadera parásita en la hermosura del bosque.
Charles Dickens comenzó su obra “Historia de dos ciudades” de forma magistral, y lo hizo así : «Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos». El citado libro lo leí hace años, y hoy me ha venido a la memoria.
La música en general y la guitarra en particular siempre han sido mi refugio. En las cuerdas de la guitarra encuentro un lenguaje para cada emoción: pena, dolor, aflicción, amor, redención… Y les aseguro que nunca miente, solo dice la verdad a través de la música.
Subíamos la cuesta despacio mirando el paisaje. Vestida del mejor agosto caía la tarde, y entre colores y aromas de verano se despedía lentamente el sol.
Existen muchas soledades. De las peores, la de la decepción.
En la sociedad actual nos encontramos inmersos en una era en la que el término «políticamente correcto» ha tomado un papel predominante en nuestras vidas.
En la actualidad, debido al uso de las redes sociales, hay una gran la circulación de datos personales, sociales y políticos.
Todo en mí está cambiando. He pasado al otro lado: al del escritor, al del hacedor; y en él solo descubrí incertidumbres, sombras con las que jugar en la pared.
Pudiera parecer que escribir sea una suerte de respirar para no sucumbir a un ahogamiento. Un modo de respirar atávico que permite visualizar imagen, recuerdo y palabras para dar forma a lo escrito.
Arquitectos y obreros de construcciones efímeras, los niños juegan en ese límite entre lo húmedo y lo seco, frontera de espumas y sal que el mar traza a sus pies.
Un tal Wertham publicó en los Estados Unidos de los años 50 un libro en el que acusaba a ciertas publicaciones, como los comics de Batman, de alentar entre la infancia y la juventud comportamientos violentos o poco ajustados a la moralidad de la época, algo que hoy podría resultarnos pueril dado el avance de las redes, la tecnología y el desarrollo de eso tan voluble y evanescente como son “los valores” que pretendemos transmitir a las generaciones que nos han de suceder.
Texto: Gonzalo Moure
Editorial Kalandraka
ISBN: 978-84-1343-082-9
150 x 215 mm, 104 páginas
14 €, (0-99 años), 2021Durante la Edad Media los corregidores fueron unas figuras políticas de nombramiento real que presidían los cabildos de los municipios castellanos y representaban la autoridad de la Corona en el ámbito de su corregimiento.
Cuando paseo por un museo y me paro a observar sus obras, uno de mis mayores placeres es sentarme enfrente e imaginarme cómo fue su ejecución, qué fue lo que le llevó al autor a pintar esa obra, cómo pudo llevarla a cabo; si sufrió al pintarla o si sintió el dolor que la obra refleja.
No me gusta hablar de límites ni de extremos. Me gustaría creer que aprendemos a movernos en los intermedios, entre los claros y los oscuros.
Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero pasarán a la historia como los peores presidentes de la democracia española...