Sumando voy, sumando vengo
Hoy me levanté temprano, no tuve que tomarme ninguna pastilla, no tenía migraña y los huesos no crujieron demasiado ¡A estas alturas, uno se vuelve tan crocante!
Hoy me levanté temprano, no tuve que tomarme ninguna pastilla, no tenía migraña y los huesos no crujieron demasiado ¡A estas alturas, uno se vuelve tan crocante!
No sé si has reflexionado alguna vez sobre el paralelismo que existe entre el vivir y el conducir. Yo lo he hecho, me gusta observar y compartir mis reflexiones, como esta que hacía el otro día mientras atravesaba la M-30 a golpe de atasco y caravana.
Ayer tarde, tomando un café en una tranquila cafetería del centro, no pude evitar oír la conversación que mantenían un par de jóvenes en la mesa de al lado, me pareció más que interesante lo que comentaban y me puse en modo ‘escucha activa’.
A mis 58 años van siendo muchos los síntomas que, discretamente, me avisan de que no soy una chiquilla, ni siquiera una joven. No, ya incluso he pasado de ser una mujer madura… Ya soy una mayor.
He decidido hacer un máster en todología. Creo que tiene muchas salidas y, aunque hay una competencia feroz, un todólogo puede ejercer en casi todos los ámbitos de la sociedad y en cualquier entorno de la vida.
El pasado 20 de marzo se ha celebrado el Día Internacional de la Felicidad. Oír esta conmemoración en la radio, me provocó una sonrisa; sí, me pareció una nota agradable para empezar el día, pero, a la vez, me asaltaron un montón de dudas.