viernes, 26 de abril de 2024 00:02h.

Más cerca de Marte

Estuvimos con él en una entrañable reunión familiar en el pueblo de sus veranos de infancia. Junto al mar, en la arena gris de sus re­cuerdos, al aire y al sol de Torre del Mar, evocábamos lejanos días azules mientras disfrutábamos de la brisa ma­­­­rina y del pescaíto que echa de menos en EEUU, donde vive y trabaja desde hace ya muchos años. 

Con igual talante, cercano y sonriente, Carlos García-Galán llegaba el pasado viernes a la Universidad de Teleco­mu­ni­ca­ciones de Málaga, a un acto organizado por la asociación  Ellas Vuelan Alto, que dirige Irene Rivera, para dar una conferencia sobre su apasionante trabajo en la NASA li­de­rando un equipo de ingenieros del programa Artemis, que culminó con éxito, el pasado diciembre, una misión en la órbita lunar de la cápsula Orión, que volverá próximamente a la Luna con astronautas, para estudiar desde allí las condiciones que harán posible llegar a Marte en unos años. Fotógrafos, periodistas, televisiones, profesores y alumnos, que llenaban el salón de actos, rodeaban al joven ingeniero esperando con mucha curiosidad oír de viva voz lo que les diría esa persona amable y sencilla que pasaba entre ellos como un estudiante más. Sólo el distintivo de Artemis en su camisa azul lo hacía diferente. 

Una gigantesca fotografía de Marte aparecía en la pantalla mientras el ingeniero malagueño empezaba su charla. “Este es el objetivo”, decía señalando el planeta. Hablaba del éxito de esta primera misión de Orión y de futuras misiones que llevarán finalmente al hombre al misterioso planeta rojo. Hablaba con entusiasmo, sin leer, sin dudar, dejando claro lo apasionante que es para él su trabajo. El silencio era absoluto, él hablaba, se movía por el escenario, ponía fotos y vídeos espectaculares que nos acercaban a ese espacio infinito que siempre fue su sueño, y que gracias a personas como él, se nos acerca más y entendemos mejor. Poder ver y oír, como si estuvieras dentro de la cápsula Orión, cómo ha sido el viaje por la órbita lunar y su vuel­ta a la tierra, fue alucinante. De la mano de su entu­sias­mo, volábamos con él, nos cegaba la luz que recogía una cámara desde una ven­tana de Orión y oíamos los sobrecogedores sonidos en el interior de la cápsula; las luces, las sombras del viaje, el despliegue de los paracaídas antes de amerizar... Absolutamente impresionante.

“Marte es el objetivo, y os necesitamos para continuar nuestra labor”. Animaba a los estudiantes a perseguir sus sueños, a alcanzar esas metas difíciles que son posibles con esfuerzo e ilusión. García-Galán estuvo acompañado de per­sonas muy  importantes, hombres y mujeres con currículums increíbles en el campo de la tecnología, la docencia o la investigación. Españoles brillantes que trabajan en puestos de  responsabilidad en España y en otros lugares de Europa; en estas misiones del espacio, ellos son parte importante del éxito. Interesantísima jornada en la Universidad, que terminó con una charla compartida de los invitados y las preguntas que les hicieron los estudiantes. Por razones obvias, para mí fue es­pe­cial­mente emocionante estar allí. A la vez que miraba a Carlos enseñándonos la NASA, cohetes, cápsulas, imágenes únicas de la Tierra y la Luna desde el espacio, pensaba en el niño que se bañaba en la playa con sus primos y cogía sal­ta­mon­tes para dos ruiseñores que cuidaba su padre. Creo que ya entonces miraba al cielo. Soñaba con tocar la Luna, vagar en el silencio del universo, atravesar barreras salvando distancias imposibles a velocidades de vértigo... Miraba al cielo buscando respuestas. Aquel niño  estaba allí, sor­pren­diéndonos con sus conocimientos, asombrando a más de 500 alumnos que lo oían sin pestañear. Estaba allí, sereno, con su camisa azul y su sonrisa, brillando sin pretenderlo. Dejando su impronta de admirable sencillez, herencia hermosa de su familia. Estaba allí, mirando al cielo, cumpliendo sueños... Más cerca de Marte.