viernes, 26 de abril de 2024 13:54h.

Otro año con apariencia de nuevo

Desde hace tiempo -un tiempo que da muestras de carecer de memoria-, los ‘listos’ de las diferentes sociedades humanas, han usado la etiqueta inefable de tradición para elevar ciertos eventos a la categoría de históricos e imprescindibles: tortura de animales (siempre indefensos); desprecio de cosechas enteras de tomates para el divertimento, obviando el hambre que padece la otra mitad del planeta; y la opulencia de la mercadería navideña, no menos ajena a la hambruna.

Hara

Llamamos jondo al arte flamenco que se canta desde la visceralidad. En esa zona del vientre habita una importante red nerviosa también llamada plexo solar. 

El músico del amor

Siempre es bueno cualquier momento para rendir homenaje a las personas que hacen música sin esperar el aplauso o un lleno pleno en el graderío:

Caja de música

Todos conocemos los símbolos que conforman nuestra lengua: las letras. Y con ellas, las combinaciones con las que se forman las palabras con sentido propio en el habla, en la lectura y en la escritura. 

En clave de sol naciente

Con el transcurrir de los años, mi oído, lejos de perder audición, se ha vuelto hondamente exigente con respecto a lo sonoro, y de manera incontestable, con la música.

El eslabón perdido

El tan buscado y mítico eslabón perdido del periplo evolutivo, a finales del siglo XIX, se atribuyó a restos fósiles encontrados denominados pithecanthropus erectus (hombre mono erecto, en griego), después clasificado como homo erectus.

Del cantar de los ángeles

Dice el saber popular que los ángeles no tienen sexo; y eso se corrobora en sus voces, cuando cantan, porque la música no sabe de géneros ni le importa.

La trompeta infinita

Chet Baker, nacido en Yale (Estado de Oklahoma, en 1929), se inició en la música con un trombón que le regaló su padre en la adolescencia, pero que cambió por una trompeta porque éste resultaba demasiado grande para él. Aunque su primer aprendizaje en música la recibió en el instituto, su formación musical fue puramente intuitiva.

Inmoralismo y música

Enmudecieron las voces de los niños cantores de Viena (entre otras). Hace ya algún tiempo, desde Occidente se venden rudimentos de música como quien pregona naranjas en un mercado persa: anodinas, reiterativas, vaciadas de sustancia y virtud. 

Blues

Lebrijano cantaba:  “Unos le rezan a Dios/ otros le rezan a Alá/ y otros se quedan callados/ que es su forma de rezar”. 

Caballito trotador

Aún no es verano y ya mueren de nuevo caballos desplomados en las calles de algunas ciudades: tirando de galera transportando turistas, en Palma; en la feria de Sevilla, paseando ‘palmitos’; no digamos en romerías, o precipitados por un barranco, aterrorizados, cuando eran perseguidos por perros salvajes, en una comarca de Lérida. También los cuatro en el Grand National de Reino Unido de este año mientras competían. Más los que habrán perdido su preciosa vida sin que nadie los mencione (ni lo remedie).

La soledad y el bosque

La vida es un enigma, todos lo sabemos. Y aunque hay quienes presumen (alardeando con su edad) de conocer todos sus secretos, también se curvan, se pliegan, ante el decaer del tiempo y sus latidos.

La banda sonora de los sueños

¿Alguien ha oído alguna vez música en alguno de sus sueños? ¿Por qué parece tan raro, tan poco probable?