martes, 16 de abril de 2024 00:00h.

ENTREVISTA AL ESCRITOR Y PERIODISTA SALVADOR GÓMEZ VALDÉS

“He pretendido hacer justicia a la memoria de mi padre, un comerciante de la Plazuela de las Indias”

La muerte del padre ha sido uno de los grandes motivos de inspiración creativa en la historia de la poesía. Como buque insignia, en lengua española: Las coplas a la muerte del padre, de Jorge Manrique. De hecho, con unos versos de las coplas, como cita liminar, se abre el primer libro de poemas que ha publicado el veleño Salvador Gómez Valdés (31 de octubre de 1957).

En Herencia, el conocido periodista de TVE,que dirige el programa cultural en La 2, La aventura del saber, hace, desde un tono coloquial, narrativo y conversacional, una especie de elegía tras la muerte de su padre. En el poemario se habla de herencia desde un punto de vista ético y de valores: todo lo bueno que debemos recoger de nuestros padres y entregárselo a nuestros hijos. Con una estructura interna sólida y muy coherente, el poemario, desde elementos cotidianos y simples, con buenas dosis de ironía y hasta de humor y desde la ausencia de un yo poético definido, da pequeños consejos, pequeñas claves morales para llevar una vida sencilla y medianamente feliz. El poemario está escrito desde una oralidad radical, recordando, a veces, lo que podría ser el dialogo de un padre o de una madre en una obra dramática; de hecho, la palabra hablo o escucho, se repite a lo largo del texto, manifestando ese carácter oral de los poemas que, en el fondo, forman un conjunto compacto y único. En el poemario está la idea implícita de la necesidad de la tradición dentro de la familia, en el sentido de entregar, unas generaciones a otras, un mismo legado, un mismo bagaje donde todos puedan reconocerse en la salud moral familiar, lo mismo quela doble hélice del ADN -imagen empleada también en el libro- desarrolla la salud física de las distintas generaciones. Y todo creado desde una perspectiva muy novedosa en la poesía actual española, es decir,  que no es la vivencia, la experiencia, o el decorado del poema lo que une a lector y a poeta, sino otro tipo de cosas menos visibles y palpables.

Salvador Valdés estudió periodismo y toda su vida profesional ha estado volcada en la divulgación cultural, literaria y científica. A raíz de la publicación de este libro, que se presentó en Madrid, de la mano de la mano del catedrático, poeta  y crítico Jenaro Talens, hablamos con el escritor sobre algunas claves de Herencia.

PREGUNTA.- Usted es un periodista conocido y reconocido; ha escrito novela y ensayo, pero no se había internado, aún, en el camino de la poesía. Esto es raro, porque, normalmente, sucede al revés: primero se escribe poesía y después los escritores suelen escribir novelas. ¿Por qué la poesía ahora? Por qué este poemario?  

RESPUESTA.- No hay ninguna ra­zón, más allá de que la poesía es caprichosa y aparece cuando quiere ella, no cuando uno quiere que aparezca. He sido siempre lector de poesía, pero sólo puntualmente la he escrito a lo largo de mi vida. En este poemario hay poemas escritos hace treintaiún años y otros hace cuatro. La novedad, en mi caso, es que es la primera vez que la publico.    

P.- De alguna forma, el libro parte de la muerte de su padre, pero como dijo el poeta Jenaro Talens en la presentación del libro en Madrid, este poemario no es una elegía al uso, porque no tiene un carácter triste ni solemne. ¿Qué ha pretendido conseguir con una ‘elegía’ tan alegre y tan ‘normal’?

R.- He pretendido hacer justicia a la memoria de mi padre, Salvador Gómez Coín, un comerciante de la Plazuela de las Indias que era, tal y como dices, una persona alegre y normal, una persona de trato fácil y muy inteligente y muy conocido en Vélez. Por eso cuento algunos detalles de su vida. Creo que una elegía es más eficaz cuando no te da pena leerla, cuando te anima y hace sonreír. Porque de lo que se trata es de celebrar una vida que permanece viva en tu recuerdo, como en el famoso verso de Wordsworth. Y no de ponerte pesado, como si tú fueras la única persona del mundo que ha perdido a un familiar. Pero no todos los poemas de Herencia son elegíacos. Hay también poemas líricos, algunos de la sección Crónica previa, por ejemplo, que comienza con un poema irónico sobre la naturaleza de la poesía lírica, pero sigue con otros que podrían ser considerados, hasta cierto punto, como líricos, como Luna llena o Superación del fracaso.

P.- No hay solo en el poemario una antielegía, sino también, hasta cierto punto, una antipoesía, en el sentido de que tiene un tono coloquial, discursivo y conversacional. ¿Por qué ha elegido este tipo de poesía tan poco proclive al ritmo o a la musicalidad?

R.- Hay muchas clases de poesía y de musicalidad, felizmente. Como también dijo el poeta Jenaro Talens en la presentación, Herencia se sitúa en una larga tradición de poesía moral que viene de muy lejos. Él citó a Lucrecio y, más cerca en el tiempo, a William Carlos Williams y la poesía española de los años 50. El tono coloquial, discursivo y conversacional no es, por sí mismo, menos poético que cualquier otro tono. Y, por otra parte, la poesía narrativa es la más antigua. Piense en Homero. Piense en el poema fundacional de la lengua española (el poema del Cid). Lo que pasa con este tipo de poesía es que hace mucho que no está de moda. 

P.- ¿Qué es lo esencial que ha querido trasladarle al lector que lea este poemario?

R.- Lo esencial en la poesía es siempre la poesía misma. Leerla sin más y comprobar si te interesa o resulta útil de algún modo. Pero podría decir que Herencia es un conjunto de poemas (la mayoría de carácter discursivo) estructurado como una unidad. Y que trata de la transmisión de la experiencia entre las generaciones por medio del afecto, por medio del ejemplo involuntario dado a lo largo de toda una vida, por medio del consejo explícito cuando este ha sido solicitado. La intención es darle un sentido circular al texto, que comienza con el testamento de quien se va y acaba con el saludo a quien viene.

P.- Este libro habla de muchas cosas, pero una de ellas es de ética, de la ética y de los valores que deberíamos recoger y aceptar de nuestros padres y de entregar a nuestros hijos. ¿Cuál sería el sustrato ético que hay en el poemario? ¿Qué idea de la ética quiere transmitir en él?

R.- Diría que es una ética epicúrea. Quizá donde más sucintamente se expresa es en el poema Consejos

salvador gomez valdes

P.- ¿Será este el primero de muchos poemarios de Salvador Gómez Valdés? ¿En qué está trabajando en la actualidad?

R.- No sé si habrá más poemarios, sinceramente. Respecto a la segunda pregunta: dentro de unos meses se publicará en la editorial Renacimiento de Sevilla Ciudad Libertad, una novela sobre irse a estudiar a Madrid desde Vélez en 1974, que espero resulte muy divertida para cualquier lector.     

P.- Aunque lleva toda su vida profesional en Madrid, eres de Vélez-Málaga. ¿Quieres mandarle algún mensaje a tus paisanos de la comarca de la Axarquía?

R.- Que sepan apreciar lo suyo, que el lugar del mundo en el que han nacido tiene mucho de bueno y que hay que cuidarlo para que llegue aún en mejores condiciones a quienes nos sustituirán en el futuro.