sábado, 20 de abril de 2024 00:25h.

En busca del paraíso

Columna de José Marcelo

“Busco el viejo granado de la ribera del río con la granada que se rajaba / y al membrillo amarillo que caía de maduro. / Aquel pozanco de la China en donde me bañaba de niño con otros niños. / Aquel río torrencial de los inviernos lluviosos que sabía aceituna / del viejo molino. No lo he encontrado”.

En estos versos, el poeta tiene añoranza de ese tiempo de su infancia en el que la presencia del agua estaba en los ríos y en los manantiales, y los frutos de temporada crecían en la ribera del río. La añoranza es un sentimiento lleno de melancolía, el cual surge motivado por la ausencia de aquellos seres que queremos o las cosas que tanto apreciamos.

La naturaleza que nos rodea tiene vida. A las cosas con las que convivimos, de alguna manera, les trasmitimos parte de nuestra ánima; por esa razón  nos traen recuerdos. 

El agua es presencia de vida, pero su ausencia duele como la pérdida de un ser querido. El poeta norteamericano Walt Whitman lo manifiesta en estos versos: “Canto el dolor del río represado. / Aquello que hay en mí y cuya ausencia me haría no ser yo”. 

Mi pueblo ya no es el mismo pueblo, ni el ‘tiempo de ayer’ es este ‘tiempo loco’ que hoy se manifiesta, como cuenta el poeta: “En invierno. El papá Oso Polar se pone un bañador y toma el sol después de un chapuzón. [...] El médico me ha dicho: Que ‘el tiempo’ ha enfermado. Yo le pregunté al médico: ¿De qué ha enfermado ‘el tiempo’? El médico me ha contestado: Que ‘el tiempo’ de pena está loco. De pena ha enfermado”.

La realidad nos está sobrepasando, mientras que en unos lugares caen lluvias torrenciales en muy pocas horas, en otros lugares como nuestra zona de la Axarquía llevamos unos años de extrema sequía. El pantano de la Viñuela que abastece a unos 200.000 habitantes de los pueblos de la Costa de Sol Oriental- Axarquía y atiende una superficie de regadío de 6.298,08 hectáreas, actualmente sólo tiene el 18, 47% de su capacidad. Ello ha motivado que la Administración haya declarado la situación de sequía prolongada para regular y tomar medidas sobre el uso del agua del pantano de la Viñuela. 

Málaga y nuestra Axarquía, a la que la antigua Grecia denominaba ‘Los campos Elíseos’, que significa ‘El Paraíso’. Porque nuestra comarca se ha distinguido siempre, desde la antigüedad, por su buen clima y la riqueza de sus productos agrícolas, los cuales ya se exportaban por los países del Mediterráneo. Actualmente hay una creciente economía gracias a los productos tropicales de mangos, aguacates, frutos cuyo cultivo sólo se da en nuestra zona, junto con las hortalizas. Pero lo triste del tema es que, en un futuro no lejano, se convierta en un desierto por la ausencia de agua. ¡Capricho del ‘tiempo que está loco’, porque ve cómo enferma la Tierra que habitamos! Lo penoso será que llegado ese futuro, hablarán de ir en busca de ese ‘Paraíso perdido’. ¡Evitémoslo!

Esto me hace reflexionar sobre la gran importancia del buen uso del agua, de apostar por todos los medios de su buen aprovechamiento, usando todos los medios técnicos posibles. Tengamos presente siempre que el agua es la presencia de la vida.