viernes, 29 de marzo de 2024 00:06h.

El tejón en un cajón

Que llegara a mis manos un artículo de Quo hablando del tejón de la miel, parece que no ha sido una casualidad justo ahora que ha llegado la moción de censura y que el equipo de gobierno se había lanzado -con desmesura- a anunciar to­do tipo de proyectos, convenios, cursos y un largo etcétera. La irresponsabilidad de la ya exalcaldesa Anaya antes de dejar el gobierno, hipotecando al ayuntamiento de Rincón de la Victoria y a todos sus vecinos, todo por el rencor de la moción de censura, y poniendo la guinda final al revanchismo -que ha sido la tónica general de estos dos años del gobierno socialista y de Podemos-, sólo ha sido superada por la ‘niñería’ de los comentarios en redes sociales, como ese de “Temblad que hoy os dejo triple dosis de #parálisis en #RincóndelaVictoria”.

Si al comienzo de la legislatura se escuchaba a Pedro Fernández Ibar hablar de los “tigres que salían de los cajones”, ¿qué podemos esperar que salga ahora de los mismos cajones después de ese desenfreno? Quizá algo mucho más fiero que el tigre y que, casualmente, según publica esta revista, es el mamífero terrestre más agresivo del mundo: el tejón de la miel, al que el libro Guinness de los récords también lo presenta como el animal más temible del mundo, y que pertenece a la familia de las comadrejas.

Según publican, la leyenda dice que el tejón de la miel gana las peleas gracias a sus golpes bajos. De hecho, la primera vez que se publicó algo al respecto “fue en 1947 cuando se dijo que se había visto un tejón de la miel arrancar los testículos a un búfalo adulto”. De él, del tejón de la miel, también se publica que su dieta pasa de grandes presas a carroña, aunque su plato preferido es la miel que obtiene al destrozar las colmenas.

Al PP se le criticó acertadamente por su fiesta pre-electoral, cuando se lanzó al desenfreno de los proyectos y las obras antes de las municipales de 2015. Lo que no resulta coherente es hacerse ahora la olvidadiza, repetir aquello y embarcarse en una aventura de gasto descontrolado y pagando con tarjeta de crédito. El problema será cuando haya que pagar a fin de mes y, en este caso, además, las deudas las tendrán que pagar otros, los vecinos con sus impuestos, que seremos como el búfalo al que el tejón ha mordido los testículos. Salado, ya como alcalde, ha adelantado en rueda de prensa que han encontrado “15 millones de euros en facturas no contabilizadas en el cajón”.

Retomo en este punto el asunto del revanchismo político que ha marcado el gobierno de Anaya, como lo ha dejado entrever en tantos plenos hasta que ya en uno, en el pleno ordinario del pasado 26 de abril, explotó y lo dijo claramente, que ella “había sufrido durante cuatro años la denostación pleno tras pleno” por parte de Salado. Esto ha dejado claro el fondo de quien ha gobernado el municipio durante dos años, y explica que se haya lanzado a ir de compras con tal intensidad, y que ensombrece la labor de sus compañeros de partido.

Sin embargo, parece increíble que Antonio Moreno, el que era concejal de Hacienda hasta hace pocos días, no le haya puesto cortapisas a Anaya, siendo el máximo responsable del presupuesto del Ayuntamiento y de su tesorería, y conocedor del estado de endeudamiento que tiene el Consistorio y, sobre todo, de la incapacidad para hacer frente al pago a proveedores. Parece que se estuviera aplicando el dicho popular de “para lo que me queda en el convento me cago dentro”.

Mientras que los vecinos, que somos los que heredamos las deudas, lidiamos con el feroz tejón, tanto uno como otro, es decir tanto Anaya como Moreno, siempre tendrán palabras de fango y de trama, para evitar que se pueda en algún momento hablar de su gestión. Sepamos distinguir y ver cada cosa de forma independiente, porque una moción de censura o la gestión de un equipo de gobierno anterior, no justifica arrojarse al desenfreno de los últimos meses, que no ha sido más que un trabajo de maquillaje voceado a los cuatro vientos y que el interventor pronto tendrá que contabilizar.