De un periodismo fiable al timo de lo visual

Hace ya un tiempo respetable (y no hablo del Medievo) se procuraba oficiar un periodismo como es debido. A “como es debido” me estoy refiriendo a la práctica, la ética, el cuidado literario y al contraste de las fuentes en aras de un sentido profesional en el servicio de la información y coherente tanto en el contenido como en el continente. Digamos que en los 80, década de extraordinaria producción musical también, se seguían a rajatabla los fundamentos para que un hecho noticioso, tratado en sus diferentes géneros (reportaje, crónica, entrevista...), tuviera impacto a través de títulos, antetítulos, subtítulos, entradillas, sumarios... que no se andaban con adivinanzas. En el discurrir del texto se aplicaba la denominada “pirámide invertida”, es decir, atacar la temática desde lo más a lo menos relevante a lo largo de la secuencia de párrafos; si la noticia lo admitía, la “pirámide” se reproducía otra vez para mantener viva la atención del lector. ¡Ay amigo! Lector. Lectores : ahí está el quid de la cuestión. Se percibe que todo hijo de vecino va pegado al móvil pero lo que es leer, y en particular los periódicos, pues ni siquiera el Tato. Lo que antaño constituía el seguimiento de la lectura para saber de un acontecimiento relatado con una técnica periodística suficientemente fiable, hoy en día se da a golpe de estímulos visuales, y lo que es peor, el recurso de las adivinanzas. Exacto : hacer caer en la tentación al usuario de “pinchar en la noticia”. Hay titulares de noticias en todos los ámbitos que para mí son ejemplos deplorables para el buen periodismo, ya que sólo pretenden gestionar la información mediante el “timo” de picar en la curiosidad.  Estos titulares, que ya son pan de cada día en nuestros dispositivos, han convertido la anteriormente mencionada pirámide invertida en un poliedro conformado por el cúmulo de párrafos -mal escritos, repetitivos e innecesarios- que supuestamente descifran, al finalizar, lo que dejaba entrever el título. Este desenlace deja una gran frustración, y algo así como una sensación de estafa argumental en la pretendida noticia. ¿Así se presentan las reglas? Así se presentan e imparables. Los métodos de las páginas webs sólo persiguen entradas con trucos de poca monta, y también en redes sociales, con influencers carismáticos o youtubers con adeptos hasta debajo de las piedras. De verdad que un servidor, no comulga con ello, y no merece la pena ni discutir sobre el tema. Es lo que hay en este panorama del consumo de la información, o lo tomas o lo dejas.