Mejor la energía nuclear

Los humanos somos la medida de todas las cosas. Este principio es el que legitima nuestro uso de la naturaleza para satisfacer nuestras necesidades mitigando la degradación de la variedad natural única y sus hábitats en riesgo de destrucción irreversible. Las actividades económicas pueden implicar beneficios y daños de tipos ambientales, económicos, y en algunos casos, de riesgos de pérdidas de vidas humanas. En el tema de actualidad sobre el posible cierre de la central nuclear de Almaraz la cuestión relevante es si es lícito con base al conocimiento científico actual como tiene programado la política energética en España : a) renunciar a la continuidad de la producción de energía eléctrica nuclear, y b) seguir promoviendo la energía solar con independencia de sus efectos económicos y de los daños que producen. La cuestión sobre el daño potencial de los residuos radiactivos de la energía nuclear puede plantearse del mismo modo con los ejemplos de las energías solares y las nuevas construcciones de viviendas en zonas inundables por las gotas frías en el Levante español. En estas actividades, las políticas de los gobiernos admiten como lícitos los daños ambientales de las energías eólica y fotovoltaica, y las potenciales pérdidas futuras de vidas humanas que pueden causar las gotas frías. Las gotas frías en el Levante español ya se sabía que habían causado cientos de pérdidas de vidas humanas en el pasado, pero este conocimiento no fue motivo para que los gobiernos autorizaran seguir construyendo más viviendas en las zonas de inundación de las cuencas hidrográficas. Los molinos eólicos y placas solares expulsan las actividades económicas tradicionales, degradan el valor paisajístico que disfrutan las personas de las áreas rurales y son la causa de las muertes de especies de aves salvajes en peligro de extinción. Estos ejemplos muestran que las políticas públicas sobre el cierre de las centrales nucleares, la energía solar y las gotas frías pueden ser calificadas de ignorar el mejor conocimiento científico disponible. Estas políticas públicas acontecen en España mientras que otros países próximos promueven la energía nuclear construyendo nuevas centrales nucleares, cuyas producciones de electricidad podríamos necesitar si queremos evitar a costes tolerables apagones generalizados como el recientemente sufrido en España.