Gurús del gran poder

Hace casi noventa años el joven Orson Welles, aprovechó el estado de ánimo social provocado por la Gran Depresión (1928-1930) y partiendo de los Estados Unidos, puso al mundo patas arriba al difundir radiofónicamente que al mundo le quedaban pocas horas, ya que éste estaba siendo invadido por un ejército de alienígenas procedente del espacio sideral, y que, con sus armas de destrucción masiva como rayos destructores, virus a mansalva o vete a saber qué, no iba a quedar títere viviente sobre la capa de la Tierra. Sin llegar a los niveles del “profeta Orson Welles” de momento, y por otros motivos, pero también con el “culo prieto” y risa blanda, estamos a un tris de traspasar el umbral de la alarma social para llegar a la “antesala de la histeria colectiva”. Y lo gracioso del caso es que la actual situación se veía venir, y se veía venir porque en otros lugares, a muchos kilómetros de nuestras fronteras, el caos se encuentra en todo su apogeo, pero aquí, en España, en nuestra “España del botijo y la pandereta”“quijotes” que somos, algunos gurús de gran poder son capaces de difundir con absoluta autocomplacencia que nuestros estupendos servicios públicos están preparados para todo. Pero... ¡para todo, todo!, hasta el punto de poder combatir desde el pedrisco de las tormentas a cualquier “foráneo” que intente agredir a los españoles y demás agregados que tomen el sol de Benidorm. ¡Machotes que somos!