El WhatsApp a Santa

Andrea Aranda nos lleva de paseo con humor por el idioma español

Papá Noel estaba en su taller, noche del 24, con un café que parecía betún y los renos echando humo del frío. De repente, los elfos le trajeron algo nuevo:

—Señor, este año no hay cartas… ¡Le han escrito por WhatsApp!

Papá Noel abrió el móvil. Lo primero que vio fue el mensaje de Lucía:

¡Querido Papá Noel!

¡Este año he sido un ángel! ¡Quiero una bici rosa, un piano y un gato que no arañe mucho!

¡Mil gracias y feliz Navidad!

Papá Noel sonrió. Perfecto: claro, ordenado, con sus signos de apertura y cierre como mandan los cánones.

Pero luego empezó a abrir el resto.

Primer mensaje:

ola noel kiero un ps5 y un perrro plis?!

Papá Noel frunció el ceño.

—¿Pero esto qué es? ¿Una petición o un ataque epiléptico al teclado?

Siguiente:

sanTa traeme 1 truk xq si no t mato jaja!!

Papá Noel abrió mucho los ojos.

—A ver, a ver… ¿Esto es una amenaza o una broma? Porque yo con los renos no me la juego, ¿eh?

Elfos asomándose detrás:

—A lo mejor “truk” es “truck”, jefe…

—¿Y el “jaja!!” es nervioso o malévolo? —añadió otro.

Papá Noel ya sudando.

Tercer mensaje:

papanoel yo kiero un movil pero q sea pro xfa??!!

—No, ya está —dijo Santa, soltando el móvil—. Esto es un horror, un crimen contra la gramática. Si no sé si me gritan, me ruegan o me maldicen, ¡no regalo nada!

Y así fue: Lucía recibió su bici rosa, su piano y hasta su gato suavecito.

Los demás, ni carbón.

—¿Pero por qué? —se quejaban los chavales en el parque—. Si le escribimos a Santa…

Lucía, con su bici nueva y toda la actitud, dijo:

—Pues porque parecían mensajes de secuestro, no cartas de Navidad. Usad puntos, comas, ¡algo!

Ese año, Papá Noel publicó en todas sus redes:

“Atención niños del mundo: mensajes con faltas, signos raros o que parezcan amenazas… van directos a la papelera. Firmado, Papá Noel (el de verdad).”

Y desde entonces, hasta los más rebeldes empezaron a escribir como en la escuela… porque sin gramática, no hay regalos.