miércoles, 24 de abril de 2024 00:00h.

Ha muerto Carlos Cruz

Artículo de Ramón Pérez

El 27 de marzo murió Carlos Cruz, un fenomenal artista y mejor  amigo. Tenía 88 años. Conocí a Carlos cuando mi compañero de fatigas, Paco García, y yo nos embarcamos en llevar a cabo una Semana del Cómic en Vélez-Málaga, allá por el año 2000. La llamamos ‘Un Otoño de Viñetas’. En pocos meses, con mucho trabajo, conseguimos valiosos contactos de dibujantes y guionistas que estaban dispuestos a participar en el evento, y como yo tenía constancia de que Carlos Cruz vivía en Málaga capital, lo localicé, empezando así nuestra amistad.

Tercero de siete hermanos,  perteneciente a una familia de Motril que acabó asentándose en Málaga después de la Guerra Civil, Carlos se interesó pronto por la historieta, y desde los 17 años ya era un autor profesional con obra publicada en la prensa local malagueña, en el suplemento Chaveas, del diario La Tarde.

En 1949 emigró a Buenos Aires y allí trabajó como peón en una fábrica de harinas, para luego integrarse en la redacción de la editorial Abril y trabajar allí como diagramador y diseñador, fundamentalmente. Durante los 50, también destacó como ilustrador de cubiertas (Idilio, Nocturno, Más Allá), y como ocasional dibujante de fondos de viñetas ajenas (como las de Sargento Kirk, junto al maestro Hugo Pratt, de quien fue buen amigo), hasta que finalmente le ofrecieron la posibilidad de dibujar historietas: Colt Miller -el Tex italiano-, Indio Suárez y Santos Palma, sobre guiones del malogrado H.G. Oesterheld.

En los primeros años de los 60, decidió retornar a Málaga, que ya no abandonaría, y a la que regresó con trabajo apalabrado para la reputada editorial británica Fleetway, para la cual dibujó afanosamente páginas de acción, bélicas, de horror, e incluso románticas (Buster, Tiger, Smash!, Eagle, Champion, Melanie...). Su obra producida durante veinte años, cuidadosa en el detalle pero aseada, elegante y vivaz, clásica pero alegre, le convirtió en un autor con cierto reconocimiento en el Reino Unido, sobre todo tras ocuparse durante un tiempo del personaje Dan Dare, Pilot of the Future, entre 1976 y 1987. Paralelamente a estos trabajos para Fleetway / IPC / Thomson, Carlos Cruz dibujó para el mercado español Juanjo, con destino a la magnífica revista de series Trinca (cuya segunda aventura quedaría inédita, desgraciadamente, tras el cierre de la revista de Editorial Doncel), algunas historietas para Bruguera, y aventuras juveniles femeninas para el mercado holandés (Kelly, para Tina).

Llegada la década de los 90, acepta el reto de integrarse en el equipo de dibujantes que se alternan para dar vida a El Hombre Enmascarado, gozando de muy buena salud en Suecia (en la revista Fantomen) durante los años 1988 hasta 2003, para quienes elaboró largas aventuras ambientadas en diferentes épocas históricas. 

A partir del año 2000 trabajaría ocasionalmente con trabajos de agencia y para encargos de fans y amigos.

Solo puedo decir de Carlos que su corazón, amabilidad, disposición y afabilidad era más grande que su trabajo artístico, que ya era enorme.

Hasta siempre, amigo.