Original historia la de esta niña, Olivia, que a los cuatro años descubre que es capaz de escuchar conversaciones sin que su interlocutor mueva la boca. Cree que eso es normal, hasta que descubre que no lo es y que su mejor amiga se asustó cuando le demostró su poder y dejo de hablarle.

Con sus investigaciones y descubrimientos transcurren sus días hasta que otra mente entra en contacto con la suya, es un niño pelirrojo, Carlos, que acaba de mudarse a su barrio. Este es unos meses mayor que ella y domina su poder un poco mejor y sabe sacarle provecho, ya sea a la hora de responder en un examen o adivinar la jugada de su contrincante en la cancha de baloncesto.

Ambos se sinceran y avanzan en los conocimientos de sus mentes. Hablan entre ellos sin pronunciar palabras y desde sus respectivos domicilios. Cada vez tienen mayor alcance para leer mentes ajenas, hasta que descubren al monstruo y la cosa se pone fea. El monstruo es un adulto telépata que hace el mal a los niños y, cuando se siente descubierto, decide eliminar a los dos amigos.

Entre sobresaltos, temores, pánico y situaciones apuradas va transcurriendo la historia. Hay partes positivas, cuando Olivia decide emplear su poder para evitar el dolor y la pena a unas personas o salvar a una mujer de su maltratador, pero los momentos verdaderamente duros son cuando el monstruo descubre a los dos amigos y a la hermana pequeña de ella, Sofía. En el desenlace de la trama esta última juega un papel importante. 

La originalidad del tema llama la atención, sobre todo cuando Olivia va descubriendo poco a poco su poder y el lector es partícipe de sus avances entre dudas y temores propios de su edad infantil. Así sabremos que, para ella, la mente de las personas tiene un tacto, un olor, un sabor o un sonido diferentes.

César Mallorquí sabe engatusar a los lectores para que sigan la trama sin pestañear.

El autor indaga con esta novela fantástica en la capacidad de conectarnos mentalmente las personas y nos plantea ciertas dudas a la hora de utilizar esa capacidad extraordinaria en la sociedad que limitan con la ética, el uso exclusivo para beneficio propio y la ayuda a la colectividad.

El texto se complementa con unas vistosas ilustraciones a color de Sergio García.