jueves, 28 de marzo de 2024 00:07h.

ENTREVISTA AL AUTOR DE 'LA AZOTEA DEL INFIERNO'

Segismundo Palma: "El protagonista de mi novela es un bandolero de nuestro tiempo"

De un lirismo sucio, es más que una novela negra. El protagonista de mi novela es un héroe de thriller sumido en un romance noir, que narra las andanzas de un bandolero de nuestro tiempo.

Título: 'La azotea del infierno'
Editorial: Amarante Ediciones
Puntos de venta: Almacenes La Lonja en Vélez-Málaga, en Amazon o en la tienda online de Amarante Ediciones.
Precio: 21 €, tapa blanda. 7,99 €, versión  Kindle.

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Segismundo Palma

Pregunta.- El estilo literario de la novela se ha clasificado como ‘lirismo sucio’. ¿Por qué ese apelativo?

Respuesta.- La suciedad viene determinada por el hábitat físico de los personajes. La historia se desarrolla en La Ciudad, una urbe imaginaria; y parte de la misma transcurre en El Barrio, un gueto de los que existen en cualquier ciudad occidental: el tercer mundo cruzando la acera. Otra parte de la historia se desarrolla en Barrio del Este o El Centro, el suburbio burgués y el epicentro financiero, allí la suciedad se manifiesta a nivel moral. Y es lírica porque el cómo se narra se construye con una evocación de emociones y sentimientos, por momentos arrebatadores, duros, pornográficos. Saltamos del fresco social y ampliamos la lente hasta divagar por los pensamientos de los personajes. No es un estilo distante, objetivo, desapegado. El estilo, como los personajes, se enfanga de mierda y sangre. No había otra manera de contarlo. 

P.- La novela está perfectamente construida. ¿De dónde saca la inspiración para elaborar un universo tan cercano y, a la vez, tan extraño a la sociedad biempensante?

R.- El universo de la novela es ortodoxamente negro: seguimos y convivimos con personajes guiados por sus emociones más primarias: ambición, lujuria, venganza; y otras simbólicas y denostadas en nuestra sociedad actual, como el honor. Es ortodoxa en estructura y trama, pero el conflicto moral que plantea en su protagonista, Esaú, es heterodoxo respecto al género, es más de novela contemporánea, así como el estilo. Es una novela negra heterodoxa. Creo que es cercana porque gran parte del mundo que describe lo hemos visto, olido, sentido, sufrido. La inspiración viene del mundo que nos rodea y que observo.  La violencia, la corrupción, la delincuencia en la obra, es transversal, como en el mundo real: yonquis, policías, jueces, delincuencia organizada. Es un mundo que está ahí fuera. Sólo lo vemos por televisión o lo leemos en los periódicos. Pero a veces sólo tienes que cruzar la acera de un barrio para caer de bruces en él. El rasgar esa superficie biempensante y descubrir el horror que oculta, me inspira como escritor.

P.- ¿Cuáles han sido sus referentes?

R.- A nivel audiovisual ‘TheWire’, de David Simon, ha estado muy presente en el desarrollo de la novela. O ‘Sin City’, de Frank Miller, para la construcción simbólica de mis villanos, o incluso la de Esaú, mi héroe. En ciertos aspectos, son construcciones arquetípicas, muy de cómic. Representan una idea, aunque la literatura te fuerza a profundizar mucho más a nivel interior. Al menos en el protagonista. A nivel literario, todo el negro clásico de es­tilo duro, hard-boiled: Ham­met, Sullivan. Para ser hard-boiled la historia debe mostrar sexo lascivo y violencia manifiesta y la novela tiene ambas cosas. La trama y el arquetipo de ciertos personajes, femme fatale incluida, es de negro clásico. Pero el estilo y desarrollo no lo es, entronca con la novela contemporánea. Más en la línea de obras negras regeneradoras del género como ‘Drive’, de James Sallis. A nivel filosófico, la inspiración es diáfana, es Yukio Mishima y su ensayo La ética del Samurái en el Japón moderno. Todo el conflicto interior de Esaú, mi héroe, se crea a raíz del pensamiento de Mishima plasmado en este en­sayo. En resumen: hay personas que prefieren buscar la muerte, con ahínco, antes que vivir y morir miserablemente. Desaparecer con gloria y honor antes que pudrirse en la miseria moral que le absorbe como arenas movedizas. Como hizo el propio Mishima. Esaú es un guerrero, a nivel físico y espiritual. Éste es el héroe de La azotea del infierno.

P.- ¿Existen en realidad esos submundos urbanos como el de la novela?

R.- En todas las ciudades occidentales tienen un Barrio como el de La azotea del infierno, y hago hincapié en occidente porque es el primer mundo. La supuesta sociedad del bienestar. En Málaga tenemos La Palmilla, en Sevilla las Tres Mil viviendas, las viviendas sociales de West Baltimore. Da igual. La miseria es global. La delincuencia que genera, también. Y la debilidad humana, por supuesto. Había una historia que comenzaba: “Ocu­rrió en una ciudad, no importa cuál, todas son iguales”. Estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación, pero es que los guetos de esas ciudades son iguales también. Sólo hay que molestarse en observar un poco y salir de nuestra zona de confort. Vivimos muy bien, nosotros, los afortunados. Mori­re­mos antes de aburrimiento que ver una revolución. Y mucho menos hacerla. 

P.- Esta es su primera novela, pero usted ya tenía relatos cortos, guiones, etc., ¿no?

R.- Sí. Tuve un accésit en el XVIII Certamen Literario Ciu­dad de Vélez-Málaga a finales de los noventa. Después me formé en guionización audiovisual y he escrito y, sobretodo, corregido, guiones en preproducción para cortos. Pero mi primer intento serio de escribir literatura y el primer manuscrito que ha superado mi propia autocensura ha sido La azotea del infierno.

P.- Creo que ya se está documentando para su próxima novela. ¿Nos puede adelantar algo?

R.- Sí, transcurre en Málaga capital en la actualidad. Un asesino en serie anda suelto y el Grupo de Homicidios de la Provincial de Málaga se hace cargo de la investigación. Hace una semana me entrevisté con la jefa del grupo de Homicidios de la provincial y con uno de sus subinspectores más veteranos. Tras arduas gestiones con el departamento de prensa del CNP, conseguí la entrevista. Tengo que decir que me atendieron de maravilla y contestaron a todas mis preguntas con infinita amabilidad y paciencia. Esta segunda novela es un thriller de asesino serial, que es ya un subgénero en sí del policiaco. Quería cambiar el registro con La Azotea..., y, aunque tienen similitudes de género, en esta segunda no hay fresco social. Es una historia de polis de homicidios. Hay un asesino suelto en Málaga y deben atraparlo.