viernes, 19 de abril de 2024 00:00h.

Entrevista a Jesús Aranda: "Este disco libro es la culminación de mi trabajo y mi pasión por la música "

Confesiones de un enamorado: La Generación del Rock ‘n’ Roll (Ediciones Algorfa) es un disco libro que cuenta con un preámbulo de Adolfo Rodríguez (‘Los Íberos’, ‘Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán’), ilustraciones de Daniela Vignati y fotografías de José Luis Moreno. Incluye el disco 'Jesús Aranda & LA CUSTOM BAND', con las voces de Dana Andrews Vignati.

Se presentará en la próxima feria del libro de Vélez-Málaga (Festival Z) el día 25, martes, a las 19:00 horas en el Centro del Exilio, donde se firmarán ejemplares y habrá un obsequio musical a todos los asistentes que adquieran el libro disco, cortesía del Ayuntamiento de Vélez-Málaga.

Jesús Aranda
Jesús Aranda

Cuando hacíamos caso a Schweitzer antes de saber quién era él (y su sobrino), ya rumiaba que la mejor manera de refugiarse de las miserias de la vida era dentro de la placenta de la música y los gatos, y por eso meterse de lleno en el nuevo disco libro de Jesús Aranda es un lujo que cualquiera que ame la música y tenga gatos (o no) podrá disfrutar, porque Jesús Aranda ama la música, la siente y la vive apasionadamente, de ahí que sus Confesiones de un músico enamorado nos lleven de viaje, de la mano de la generación del rock and roll, por las entrañas de lo que fue una forma de vida, una ruptura con el mundo antiguo, una forma de ver la vida respirando casi sin tiempo a respirar. Un viaje inolvidable. Saquen billete

 

P.- ¿Cómo se configura un proyecto como éste? 

R.- Llevo muchos años dedicado a difundir el amor por la música, organizando festivales, conciertos didácticos, escribiendo artículos, programas de radio... Me di cuenta de que hay una laguna en la historiografía de la música en España, en la que ha habido varios intentos, pero no desde un plano sentimental y cercano, que destacara el valor cultural, social y transformador de la música. El rock and roll ha cambiado el mundo. Muchos somos como somos gracias al  rock and roll. Esta fuerza es desconocida, y más en el mundo actual, donde la música es un objeto de consumo, trivializada y maltratada, que hace que muchos jóvenes no conozcan a los Beatles, por ejemplo.

P.- ¿Y por qué ahora? 

R.- Lo quería culminar por mi 60 cumpleaños, que es dentro de poco. Es mi historia personal como pretexto, pero es la historia de toda una generación. Como bien dice Adolfo Rodríguez en el preámbulo, se trata de hacer una conexión entre generaciones, ya que hay quien piensa que la música en España comienza en los 80 con la movida madrileña, cuando en verdad tiene mucho más recorrido, ya que desde finales de los 50 ha ayudado, en momentos muy complicados, a que España fuese distinta.

P.- ¿Cuándo se produce en España esa ruptura entre el mundo antiguo y el nuevo que supone el rock?

R.- Cuando nace el rock and roll, en España está la dictadura. Sin embargo, en los años 60, se instalan las bases americanas en lugares que luego fueron focos de cultura rock. Los americanos tenían emisoras de radio, y en su ámbito de influencia se empezaron a escuchar nuevos sonidos. Otro de los factores, sin duda, fue la llegada de turistas que nos trajeron otra concepción del mundo. Ahí está de ejemplo Torremolinos, al que llegaron figuras muy importantes y de donde salieron Los Íberos y otros, que fueron el germen de lo que vendría después. De hecho, grupos como el Dúo Dinámico fueron fundamentales, porque, al principio, versionaban los éxitos de los grandes de la época. Uno es-cucha un disco de Los Mó-du-los, por ejemplo, y no tienen nada que envidiar al Pink Floyd de esa época o a Procol Harum...  Se hacía música de un nivel muy alto y en español, lo que fue todo un desafío, sobre todo porque había que lidiar con la censura del régimen... La censura apretó cuando advirtieron que la música comenzaba a calar en la gente: bailabas de otra manera, escuchabas otras letras, cambiabas la forma de vestir... Todo era peligroso para la dictadura.

P.- ¿El culmen musical en qué fechas lo sitúa? 

R.- Para mí, la ‘década pro­digiosa’ se inicia en el 67, cuando los Beatles sacan el Sargento Pepper, hasta el 77, cuando irrumpe el punk en contra de todo lo anterior. En e­sa década sur­­gen muchísimas corrientes y formas de ver la música increíbles, algo que yo creo ya insuperable.

P.- Spotify ha hecho una encuesta en la que España es el país que más música clásica escucha del mundo. ¿No cree que, silenciosamente, los españoles tenemos un impuso cultural del que raramente se habla?

R.- Sí. Buena culpa de eso la tienen los medios de comunicación, y especialmente los públicos. Yo cargo un poco en el libro contra TVE, en la que se cumple la regla de que cualquier tiempo pasado fue mejor. En TVE se hizo una magnífica labor divulgativa de la música, con programas presentados por Carlos Tena, Miguel Ríos, Miguel Bosé, etc. Había un nivel excepcional, y ahora vemos, salvo alguna excepción, que la música se ha banalizado, tirada por los suelos.

P.- ¿En qué momento estamos, musicalmente hablando?

R.- Gracias a las nuevas tecnologías cualquiera puede grabar un disco en su casa o acceder a multitud de propuestas musicales, incluso paralelas a la oficial que promocionan los medios. Hay muy buena música en festivales y ambientes alternativos, pero a la  gran masa no llega. En Vélez-Málaga hay grandes músicos de un nivel muy alto, pero no terminan de subir a la superficie porque no se promueve que puedan tener locales u organizarse festivales y conciertos para que puedan expresarse y mostrar su talento. La música se ha trivializado tanto que no se le da valor cultural, sólo el de entretenimiento, pero la música es otra cosa, y es un ejemplo que sirve para casi todas las artes. En Vélez-Málaga, la pintura sobresale algo más, quizás porque han surgido muchos pintores y algunos muy buenos. Pero cuando hablamos de que la música está mal, hablamos de que la cultura está mal.

P.- ¿Tiene salvación la música? 

R.- Soy pesimista. Las grandes corporaciones musicales ya no hacen como antes, que arriesgaban por nuevos valores y daban libertad creativa a los músicos. Ahora se trata de vender mucho y pronto. La música se puede salvar si ese movimiento paralelo, del que hablábamos, antes toma fuerza y el espíritu juvenil de los artistas se lo cree y emprende un camino creativo y moderno.

P.- ¿Qué nos aguarda en este disco libro?

R.- En este disco hay de todo. Canciones con más de 30 años y algunas recientes. Quizás predomina la vena de cantautor, pero es el reflejo, un testimonio, de mi trabajo a lo largo de los años.

P.- ¿Qué le gustaría oír sobre este trabajo?

R.- Que han comprendido el amor que siento por la música, que les llega mi pasión y que les dan ganas de investigar. En este trabajo hay muchas propuestas y consejos para descubrir la música, y  que la gente salga de esta rutina, de este camino marcado de reguetones y demás, para que, cuando oigan un disco, sientan esas sensaciones. Y, sobre todo, que lo disfruten igual que yo he disfrutado haciéndolo.